A la orilla del lago
5 agosto, 2019 § 1 comentario
Apenas inicia agosto y en el parque hay árboles con tonos de otoño.
Los límites se hacen flexibles hasta desaparecer. El cambio es inherente a la vida.
Los 21 de mes no son fronteras
El otoño se adelanta. El verano es más corto. El invierno fue benévolo. La primavera fugaz.
En el parque me reciben las urracas
Urracas
no loros ni guacamayas
La zetas hay días en que suenan extrañas
Veo los murciélagos y busco los almendrones y las palmeras de mi plaza.
No están
pero oigo las chicharras que estridulan. Son los machos que claman sexo. Llegan a morir cantando su afán amatorio.
Chicharras, murciélagos, como en mi niñez
en La Parroquia.
Sé que urracas y patos que vuelan
me despedirán.
Acuclillo mi saudade a la orilla de un lago
pequeño y artificial
No distingo entre nostalgias
me extravío entre el país y la niñez
¿Añoro un lugar o una época?
No hay arrepentimiento.
Golcar Rojas
Madrid, agosto. 2019
Añoranzas sin arrepentimiento de una niñez plena, que siempre está presente
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