Insomnio a altas temperaturas

10 abril, 2018 § Deja un comentario

Anoche no dormí. El calor era insoportable. A pesar de que colgué el chinchorro en el balcón y de vez en cuando soplaba viento, era más el ruido que hacía y el aire caliente que revolvía que lo que refrescaba.

Echado leyendo La flor púrpura en el celular, ya los ojos me dolían y el miedo se apoderó de mí. Pensé que en la oscuridad algún choro podía pasar y ver el reflejo lumínico a través del tejido, y subirse al alero, apuntarme con un arma y pedirme el celular. No sería la primera vez que atracan a alguien en su casa apuntando a través de una reja y aunque es un primer piso, subir al alero no es complicado.

A las tres y media de la madrugada, cuando pasó el tercer recionamiento del día de tres horas y media cada uno, salté del chinchorro, apagué las luces, tomé agua, le puse comida a la gata, cerré puertas y ventana y me acosté en la cama.

El aire, luego de los apagones, empieza a congelar y tengo que pararme varias veces a ponerlo a descongelar, hasta que funciona bien.

Tomé una ducha con agua fría y medio me sequé. Por fin el aire empezó a enfriar. Entonces maulló Charlie para entrar. Me paré a abrirle. Me volví a acostar y empezó Vicky, la yorkie, a taconear. Luego, Fiesta, la teckel, a estornudar y Lia, la poddle a sollozar por pesadillas. Finalmente, a eso de las siete y medía, me dormí.

Mal dormí y a las 9 me paré. Paseé las perras y nos fuimos a trabajar. Después de bañar y secar tres cocker, con unos 40 grados de infierno, volvimos a casa.

Al ver la luz del balcón de la vecina encendida, respiré aliviado. Eran las dos y media y tendría aire. Hice el almuerzo. Una pasta con salsa de atún con medía lata que quedó de cuando hice la ensalada. Hice la limonada con albahaca y, cuando estaba sirviendo, se fue la luz.

Comimos y aquí estoy, echado en el chinchorro, escribiendo este lamento, entre chorros de sudor y el mosquero que pulula y hace que me sienta en África, cuando África nos parecía una realidad lejana y exótica y una pobreza conmovedora que hoy se parece igualita a la nuestra..

Si alguien ve a Cristóbal Colón, dígale que aquí espero la llegada de la civilización. Soy un timotocuica reencauchado Yukpa y wayüu y no lo recibiré con flechas. Sólo le pido que me lleve, cuanto antes, aunque sea al siglo XX.

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